De la Cuahutémoc salió,
comunicóloga se decía
y por eso la calaca pensó
que era mejor si moría.
Hacia ella se dirigió
"Liz", le grito dolorida
pero ella contestó
"no soy servilleta, desteñida".
La huesuda valentona
le dijo en tono grosero:
"ándale méndiga Lizeth,
mueve rápido el trasero"
Fue entonces que lo vio
la flaca no lo podía creer
"y es que con ese atributo
cómo la voy a mover?"
Lizeth se hizo la ofendida
"No Soy Mala Hierba", dijo
"mejor deberías darme algo adelante
tu que has de saber de embrujos"
La calaca se carcajeó
"yo no hago eso con los humanos"
y fue lo último que habló
antes de escribir al Metropolitano.
"Reportera sin vergüenza
falleció sin miramientos
queriendo trollear a la muerte
se quedó sin argumentos",
este fue el encabezado
del último de sus cuentos.
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