miércoles, 30 de enero de 2013

Crónicas de una colaboración no anunciada

Esta nota originalmente fue una colaboración solicitada que al final de cuentas se editó y se omitió la firma por falta de "pounch" (chance y para bien, quien sabe) pero ps la neta me sentí identificado con el tema a pesar de que me decía a mi mismo que no era para mi, tenía que ser publicada por el autor, ya que, así que ahí les va:


CRISIS DE LOS 40

 

Generalmente uno va por la vida tratando de pasarla lo mejor posible, realizando las cosas que a uno le gustan y tratando de realizarse personal, laboral y espiritualmente. Uno busca un buen trabajo, una buena familia, amigos con quienes pasar ratos agradables, contar con los recursos económicos que permitan disfrutar la existencia.

Y de repente, tras, que estás en la crisis de los 40. Quieres ser algo más, o mejor dicho, quieres ser lo que eras unos años atrás, pero con todo lo confortable que te has forjado tu vida actual.

La llamada “Crisis de los 40” no necesariamente llega al cumplir las cuatro décadas de edad, puede ser antes o puede ser después, pero si presenta determinados signos inequívocos que nos ponen en el entredicho de vivirla.

El síntoma más claro es que pretendemos ser, vernos y sentirnos más jóvenes. Tener aquellas experiencias que no tuvimos 20 años atrás, vernos guapos y ser físicamente atractivos para el sexo opuesto, ser libres, poder viajar, comer, aventurarnos como todos unos chamacos, sin cargas ni responsabilidades.

Hasta hace unos minutos yo me sentía todo un jovenzuelo. Hasta que me pidieron escribir esta colaboración y pensé: “porqué me piden esto, yo todavía no llego a la crisis de los 40?” (me faltan 3 años para llegar a esa edad). Me permito informarme que sí, ya la vivo.

Cada fin de semana vivo aventuras extremas en la bicicleta de montaña. De vez en cuando, más seguido de lo que pudieran pensar, salgo con mis amigos a divertirme y claro que me siento bien cuando alguna mujer, generalmente más joven que yo, voltea a verme con una actitud coqueta.

También es importante destacar que tengo una esposa y dos adorables pequeños en casa. Que tengo un trabajo que me llena en lo económico y en lo personal. Que tengo sustentabilidad y puedo darme ciertos lujos, y que, al final de cuentas, pudiera decirse que me he realizado como profesionista y persona.

Lo importante es conocer y afrentar que estamos entrando en una crisis de “cuarentones”. Para no caer en los excesos y perjuicios de la misma.

No podemos engañar el paso del tiempo cambiando nuestro trabajo por otro más “riesgoso”. Mucho menos dejando nuestra mujer por una veinteañera espectacular. Y sería ocioso pensar que nuestro cuerpo es el mismo que en la juventud y que soportará extenuantes sesiones de gimnasio o ejercicios extremos.

Tenemos que afrontar lo inevitable y no permitir que esta etapa nos atrape. Debemos darle importancia a lo que tanto trabajo nos ha costado conseguir, como lo es la pareja, los hijos, amigos, trabajo. Debemos recibirla con actitud positiva, viendo hacia el futuro y no al pasado, disfrutar los logros y no desear los que en su momento no se obtuvo.

Pero lo más importante es, al saber que se ha caído en la crisis, el buscar apoyo en la familia misma, con los amigos, asumir que se tiene un problema e incluso, en casos extremos, acudir con un profesional para pasar de mejor modo la Crisis de los 40, evitando los daños físicos, sentimentales e incluso materiales que se pueden obtener de no afrontar fuertemente esta etapa de la vida.

2 comentarios:

  1. Muy buen texto y está lleno de razón. Hay que llevar esa fase lo más madura y dignamente posible. Conozco varios casos bastante penosos. Saludos desde el D.F.
    Pilarica

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